Amor Gemelo.

Amaba tus bromas cuando me hacían reír.
Amaba tu sinceridad cuando decías que me querías.
Amaba tu paciencia cuando decía que me enseñarías a bailar.
Amaba tus peleas cuando me defendías de los malos.
Amaba cuando leías y me decías ¡Mira, esta parte es interesante!
Amaba que me recitaras poemas, sin darte cuenta.
Amaba cuando solo existíamos los dos.
Amaba cuando jugabas a ser el héroe del cuento.
Amaba cuando me ayudabas a avanzar.
Amaba que en mis cumpleaños me gritaras que siempre íbamos a estar juntos.
Amaba que debatías porque querías tener la razón, solo para hacerme feliz.
Amaba que te preocuparas por mí, sin saberlo.
Amaba que tuvieras esencia de niño.
Amaba que soñaras conmigo.
Amaba que no pensaras en el pasado y si era así solo en los buenos momentos.
Amaba que me incluyeras en tu mundo.
Amaba que me dejaras ser yo misma.
Amaba que a veces no me contaras los finales de las película.
Amaba que todo y nada existía.

Pero todo fue diferente cuando observé que solo amaba a un espejismo, una ilusión, alguien que reflejaba solo lo que yo quería ver, lo que todos veían… ¿Fue real? ¿Tuvo un sentido? No lo sé.. Nunca se sabrá y si algún día lo averiguo, no pienso revelar el secreto... Defino esto como “Amor Gemelo” como una ilusión del verdadero ser; no hablo de lo malo, feo u ocasionalmente desquiciado que se pueda ser, sino como lo observa el otro individuo que en este caso es… El que se enamora del Gemelo de su amor.

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