Lluvia.

Cuando crees que todo ha acabado… Una lluvia de sangre se esparce a tu alrededor, haciéndote recordar una vez más, lo miserable que eres y que serás.

Tu corazón sigue latiendo, pero ya no estás aquí, no puedes ver la verdad, en este punto, ya no eres tú.

¿Qué otros pueden salvarte? No pueden, ni intentarlo siquiera, tú mismo no los dejas, porque muy en el fondo, no quieres ayuda. Prefiriendo morirte con tus penas, ahogándote de dudas y asfixiándote de inseguridades, que recibir ayuda.

Es mejor así, todo está bien… dices. No puedes entenderlo, nadie nunca lo hará y sabes muy bien que es cierto.

Pero eso no es lo que te hace sentir miserable, es que ésa lluvia no deja de caer.

Y quieres que se vaya, y no seguir haciéndole daño a nadie, por ella.

Así que en vez de que ella se desaparezca, lo harás tú y no volverás, jamás.

Comentarios