Soy Elisa.

¿Y está bien que deseemos ser otros?

¿O qué nos vean como otros?

Es decir, me lo pregunto diario.

Después de esas relaciones que terminaron en fiascos.

Después de que las peleas incansables, terminaran.

Después de que mi familia me relegara a un espacio debajo de la escalera.

Después de que esos “amigos” me abandonaran.

Después, de todo.

Por mi ventana veo carros pasar de personas que sé que no quisieran ser ellas mismas, que se sienten como yo, que sienten que los problemas lo son todo, porque todo sería mejor si fuese otro yo, siempre todo sería mejor.
Creo que temo ser otra yo, quiero decir… Lo he pensado tanto que algunas veces no soy Elisa la que ve por su ventana…

Soy Elisa, la que cuenta historias de terror.

Soy Elisa, la que practica ballet.

Soy Elisa, la que tiene amigos.

Soy Elisa, la que todos extrañan.

Soy Elisa, la que se desinhibe bajo cualquier pretexto.

Soy Elisa, la que buscan por consejo.

Soy Elisa, la que ríe sin dudas.

Soy Elisa, la que le va bien.

Soy todas y no soy ninguna.