Cassetto di Memorie

Quise creer que era invisible, porque en realidad así me sentía mejor, colores blanco y negro… pero no fue hasta que me detuve y observé... 

Ese día que sentí estar en el centro de un polvo estelar, lleno de versos y susurros de color purpura…

Esa sensación que poseía solo en sueños, que podía volar, ser yo misma sin importar nada y que tenía el valor de correr en una línea recta hasta él… 

Pero ese –Algún día nos veremos, mi musa– logró que esa sensación se multiplicara y yo… solo vivía a causa de ese encuentro, hasta que sucedió… 

Esa velada; que ni tres palabras él pudo expresar cuando ya me lanzaba hacia sus brazos, llorando porque su calor era maravilloso; además de su fragancia de menta, pero sobretodo porque... era real.

Eso que esperé tan ansiosamente… 

Y si mi memoria no me falla… contemplé esa pequeña fotografía que guardaba tan celosamente en ese pequeño espacio… Los recuerdos pasan como flashes por mi cabeza, esos que nunca voy a olvidar, que estarán en el cajón al lado de mi cama... Esas sonrisas, frases, llantos, besos, verdades, secretos, libros, versos, música, dibujos.. que guardaré por toda la eternidad.

Ahí estaba reflejado completamente lo que sentía por él; sabíamos todo de los dos, recuerdos gratos y unos no tanto era nuestro pasado, pues lo único que nos importaba era crear nuevos recuerdos, que perdurarían incluso en otra vida, juntos.

– ¿Estás bien? Te oí murmurar.. – comentaste mientras me abrazabas.

–Solo recordaba… Cuanto te quiero. – Susurré y lo besé…

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