Carta de una fan.

Te escribí y te sigo escribiendo… No te he olvidado.

Con frases raras, con ideas explosivas, incluso con palabras graciosas.

A bolígrafo, a lápiz, a marcador, a pluma sobre papeles blancos, verdes, azules y rosas.

Con perfume y sin él.

Con mi nombre plasmado en ella o de Anónimo.

Demasiadas he enviado, ya no sé cuantas van.

Escrita de madrugada, de noche, de tarde, en horas pico y las que no también.

Con rimas y versos, de derecho y revés.

Deseándote lo mejor, plasmando mis alegrías, mis fortalezas hasta mis inquietudes y mis miedos.

A letra corrida o de molde, con guías o espontáneas.

Firme con elegancia o temblorosa con lágrimas.

Sin imperfecciones o con manchas de café.

Cada día, de cada semana, de cada mes.

Voy al correo a las 3 de la tarde.

Saludando a la recepcionista de cabello rojo, que me pregunta como estoy.

Yo le respondo que bien, como siempre.

Esperando mí turno, para entregarle la carta. 

Su alegría me contagia, es muy simpática. Hace que no pierda la esperanza.

Ella, me observa, sonríe y sin decir nada más toma la carta y se vá.

La carta que no sé si leerás, porque sé que ahora solo soy tu fan.