Eodem tria quarteria.

La habitación se encuentra vacía e iluminada.
Miras y buscas pero no hay nada.
Crees estar perdida,
Pero te sientas en el suelo y empiezas a recordar.

¿Qué es éste lugar?
Estas segura de que has estado aquí antes.
¿Por qué regresaste?
Había un libro verde y lo tomaste.

Escuchas unos ruidos.
¿Hay alguien?
Murmuras algo, pero nadie responde.
Retomas la lectura.

Hace frío.
Te levantas pero notas algo que no estaba antes.
Una bufanda amarilla.
Sonríes y vuelves a tu lugar.

Escuchas el sonido de un violín.
Quieres llorar.
El libro te ha hecho pensar.
¿Lograste proteger lo que querías?

Tienes que salir de aquí.
Escuchas tu respiración agitada.
¿Cuántas veces fallaste?
Gritas pero nadie viene por ti.

Te quedaste dormida sin notarlo.
A tu lado hay un par de emparedados y dulces.
Sonríes.
Esperas que alguien venga por ti.

Sientes la habitación más grande a cada minuto.
No sabes cuantas horas han pasado.
Te faltan dos capítulos para terminar el libro.
¿Crees en ti?

No sabías que el techo tenía el triángulo de verano dibujado.
Te reconforta volver a encontrar a Vega y Altair entre Deneb.
Sigues esperando.
¿Y, sigues intentándolo?

Gritas, pero nadie puede escucharte.
Te quedas sin voz.
El libro sigue en la página del capítulo final,
Sin embargo, te da miedo terminarlo.

Estas cansada.
¿Hay alguien?
¿Brillaste lo suficiente o te consumió la oscuridad?
¿Por qué estás aquí?

Suplicas por ayuda.
A todos alejaste,
No queda nadie.
Sigues creyendo que alguien vendrá.

Hay más dulces, ahora junto a junto un libro más pequeño.
Es un álbum.
¿Recuerdas cuando sonreías sin temor?
Lo dejas a un lado y vuelves a llorar.

El violín vuelve a escucharse, esta vez más cerca.
Tomas el libro pero no eres capaz de leer el final.
Todo es tu maldita culpa.
Eres cobarde.

Vuelves a mirar al techo.
Escuchas pisadas.
¿Otra vez? ¿Hay alguien?
Ya no tienes voz.

¿Cuándo fue que perdiste tus zapatos?
Escuchas un ruido sordo.
Un trozo de espejo está a pasos de ti.
Miras tu reflejo y no puedes evitar llorar, otra vez.

La temperatura se mantiene igual.
¿Es de día o de noche?
¿Pasaron horas o minutos?
Ya dejaste de buscar una razón.

Vuelves ver el álbum.
Una foto destaca más que las demás.
Un campo completo de amapolas.
Quisieras volver a estar ahí.

Resuenan pasos, pero te mantienes en el mismo sitio.
Escuchas la puerta abrirse.
Gritan algo inentendible.
Sueltas una risa sarcástica y niegas.

Ya no te importa.
Ya no lloras.
Ya no gritas.
Ya no suplicas volver.

Desde aquella vez, la puerta sigue abierta para ti.
Pero tú sigues ahí,
En esa habitación.
Sin saber qué esperar y que hacer.

Comentarios