Carrusel.

Giro y giro, vamos en un carrusel, unicornios, osos, pingüinos y cebras, todos sonrientes unos tras otros, tratando de verse en la próxima vuelta, cosa que no pasará.

Ruletas y juegos de azar, jugando con fuego y quien sabe que más.

Sigo dando vueltas y busco respuestas a lo que me susurraste aquella vez, me pierdo a mi misma tratando de descifrar.



El carrusel sigue en movimiento y desde mi unicornio rosa veo elefantes azules con sombreros y moños, observándome dar vueltas por unos segundos.

¿Me extrañaba, señorita? – Me ha dicho uno de ellos, yo sin poder recordar más nada que las vueltas y vueltas y el giro y giro solo sonrío y niego con un gesto, creyendo que es una broma.

Quien me ha hablado, se quedó frente al carrusel más tiempo que los demás, tenía una cara sonriente pero quería llorar, en cada vuelta me hablaba de algo distinto: Una taza, Lluvia, y ¿pie? Y al terminar cada palabra, decía “sa”, ¿o eran mis vueltas y vueltas que no me dejaban escuchar?

Desee salir del carrusel para hablar con él pero se fue ¿o no? todavía lo veo… sentado en unas escaleras.

¡Colocaron mi canción favorita! Una canción que habla de una chica que es idéntica a mí, pero a la vez no lo es. Mi cabello lacio y corto, con sonrisas de papel, deja mucho que desear. 

Quiero reír, quiero gritar y llorar, pero es mejor seguir aquí, en mi carru-carrusel, escuchando mi canción favorita y queriéndome bajar.

¡Dando vueltas y vueltas, y giros y giros, en mi unicornio rosa sin parar!

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