Uno y uno igual a 26.

De guerreros implacables que luchaban por honor y gloria,

A mortales dedicándose el uno al otro.

Con sortijas brillantes y ramos de rosas negras,

Demuestran lo que son,

Continuando lo que comenzó en un desierto aquel día.

Con confesiones nocturnas que vinieron después,

Y provocaciones de situaciones futuras que no podían dejar pasar.

Amaneceres que observaron,

Con tazas de café a la misma vez,

Separados por un mar.

Frases y canciones dedicadas… y logros también.

Isla y Tierra firme, se unirán.

Se necesitan, pero saben…

Que así sea aquí o allá;

Llegará ese día… como pasó ya.

Mientras ella, nerviosa siempre estaba.

Pensando y recordando cómo actuar.

Recorriendo lugares nuevos y comidas por probar,

Saltando de muelles sin dudar,

Y viendo el cielo azul, que más extenso no podía estar.

Y él… sonriente, la besaba.

La abrazaba y la llevaba a ese mundo que ella no conocía.

Le dijo tantas cosas al oído,

Entre ellas, las promesas que escribió,

Y que empezando en ese instante,

Le juró que las cumpliría en cada oportunidad.

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